INCOMPRENDIDOS

    El hombre, en su afán por conseguir hacer lo que por su propia naturaleza es imposible, ha intentado desde que se sintió capaz, gracias a su inteligencia, volar como los pájaros y nadar como los peces. Poco a poco lo ha ido consiguiendo; pero los intentos por lograrlo han sido muchas veces protagonizados por individuos que, solos, casi sin ayuda, entregaron esfuerzo e ilusión a cambio de desprecio, porque muchos han sido los personajes a los que la sociedad más próxima a ellos ha dado la espalda. Merecedores de honores y éxito, sin embargo fueron ninguneados por sus compatriotas, y su genio ignorado. 

   Algunos de ellos fueron inventores. Narcís Monturiol Estarrol fue uno de los más brillantes y más ignorados. Él fue uno de los que logró que el hombre nadara como un pez, casi. 

   Ya lo habían intentado otros anteriormente. Desde la edad antigua, pasando por Leonardo Da Vinci, que también dedicó tiempo a este asunto, hasta otros muchos ya en los siglos XVIII y XIX; pero en España Narcís Monturiol fue quien diseño una máquina capaz de desplazarse bajo la superficie del mar. Le puso por nombre Ictíneo, nombre muy apropiado para el caso, que luego llevaría el ordinal primero, porque no suficientemente arruinado con el intento, don Narcís construyó un segundo aparato, ya con un pequeño motor, capaz de permanecer sumergido varias horas. Para la construcción de este segundo sumergible se vio en la necesidad de constituir una sociedad que se encargara de desarrollar el proyecto, pero ni la reina Isabel ni los altos mandos de la Marina ni los industriales catalanes, al tanto de los avances de Monturiol, tuvieron más allá que buenas palabras para el inventor. El buque fue desguazado y la obra de don Narcís injustamente olvidada. 

   Isaac Peral, no tuvo mejor suerte que Monturiol, aunque al menos su obra, hecha para surcar aguas profundas, no fue desguazada, y puede contemplarse en Cartagena, ciudad natal del inventor. 

Con un desplazamiento de 77 toneladas, tiene 22 metros de eslora
y 2,9 metros de manga. Su autonomía alcazaba las 400 millas y era
capaz de navegar con sus once tripulantes a 30 metros de profundidad.









   Isaac Peral Caballero era militar, y bajo ese prisma construyó, y por ello se le considera su inventor, un submarino, una máquina de guerra propulsada por motores eléctricos, dotada de armamento, periscopio, y todo lo necesario para la acción bélica. La nave fue botada el 8 de septiembre de 1888 en el arsenal de la Carraca, en Cádiz, y las pruebas que siguieron resultaron, salvo algún percance, entre los que hay que incluir algún sabotaje, exitosas, pero nuevamente, como si del sino de todos los inventores españoles se tratara, comenzaron los problemas, las incomprensiones y los desencuentros. Se pusieron trabas de todo tipo, hubo sospechas sobre el robo o copia de los planos; y Peral que había contado con la comprensión de la reina doña María Cristina de Habsburgo y el decidido apoyo del ministro de Marina el almirante don Manuel de la Pezuela vio como la envidia y el interés se convirtieron en sus enemigos más implacables. Un nuevo ministro de Marina, don José María Beránger Ruiz de Apodaca, trocó facilidades por obstáculos. Es posible que, entre otras, la razón de la obstrucción al proyecto desde el ministerio, se debiera a la pretensión de Peral de presentarse como diputado por Cádiz, igual pretensión a la que aspiraba un hijo del ministro Beránger. El caso es que al fin el proyecto fue cancelado, y el proyecto se malogró. Peral, agraviado y enfermo, abandono la Marina y trató de defenderse del maltrato recibido mediante la publicación de un manifiesto, que ningún diario importante de los de la época quiso o se atrevió a editar. Finalmente en “El Matute”, un diario satírico de pequeña tirada Peral logró, pagando por ello, que se publicase su manifiesto, un escrito lleno de amargura en el que se lamentaba del trato injusto recibido, de la entrega generosa de su aportación a la Nación y del perjuicio que para la misma supondría la anulación del proyecto. 

   No anduvo equivocado don Isaac. En España no volvería a construirse un submarino hasta treinta años después.
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24 comentarios :

  1. Creo que todo es cuestión de tiempo y lamento que los dos hombres de talentos tanto Monturiol como Peral no fueron comprendidos ni aceptado su invento.
    Un abrazo

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  2. ¡Es que en España no se puede triunfar!, esto no lo digo yo, es la frase que mi pirata me repite cada vez que me cuenta esta historia que tu hoy narras, muy conocida en el mundo de los marinos, por cierto
    Ah! a ella luego le sigue la del autogiro de la cierva y otras de índole parecida

    Un beso

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  3. Más bien parece una cuestión de envidia e interes como bien resaltas en tu entrada.
    Un saludo.

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  4. Tiene mucha razón en eso de que los inventores han sido siempre ninguneados: Se decía: "que inventen otros"; hoy ha cambiado la cosa, pero el primer recorte se ha hecho sobre investigación.
    Un abrazo

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  5. La historia se repite, no son pocos los "grandes" que triunfan fuera de nuestras fronteras, aquí tienes que ser deportista para que te reconozcan algún mérito.

    Saludos DLT.

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  6. Buena historia la que nos rememoras hoy. Es una pena que un genio como Peral viese su sueño frustrado por culpa de la incompetencia de envidiosos y traperos, al igual que Monturiol. ¿Que habría sido de ellos si hubieran nacido en esta época...?
    Saludos ¡¡

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  7. Pues és verdad que algunos genios la historia los ha ignorado, es la primera vez que oigo el nombre de Monturiol, pero Isaac Peral lo estudié en la escuela, yo reformulo la pregunta de Javier Peralta. Que habria sido de ellos si hubieran nacido en otro pais?
    Un beso y feliz fin de semana

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  8. Nadie es profeta en su tierra...Pero no solo fueron ellos los incomprendidos...los hay también en otras latitudes.

    A veces, a los adelantados los llamamos locos...

    Saludos Marques

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  9. Que gran invento el de Isaac Peral, y que mal lo pasaría...
    Lo he visto en el puerto de Cartagena -Parece un monstruo de hierro- pero no sabia de tantos detalles sobre su construcción.

    Saludos.

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  10. Siempre igual. Siempre las envidias y rivalidades impidiendo los avances y los logros. Siempre llegando treinta años tarde a lo que se tenía tan al alcance de la mano. Es una historia tan antigua como el mundo, y promete eternizarse.

    Monsieur, un plaisir volver por aquí. En estos momentos tengo a mi padre a mi lado viendo un partido de fútbol :)

    Feliz tarde

    Bisous

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  11. Que manía de poner trabas y zancadillas. Eso también está en nuestros genes. Cuando a alguien se le ocurre algo brillante y puede demostrarlo lo lógico es que encuentre apoyos, y no al revés. Tendré que volver a Cartagena a verlo. Estuve hace mucho años pero no tuve la suerte de dar con él. Un post didáctico. Nadar como los peces. y volar como los pájaros. Siempre hubo visionarios.
    Bss

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  12. Puf. Imanginate que en 1888 aparece una flota de submarinos... La Armada española hubiera sido otra cosa. Venga, mejor no soltar la imaginación, pensando en submarinos fondeados ante Nueva York.
    Sabía algo de esta historia, pero me ha sorprendido. No sabía que dicho proyecto hubiera ido tan lejos. Una pena.
    Saludos.

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  13. Siempre lo mismo, las envidias y las maquinaciones políticas descomponen todo. Creo que también Goicoechea tuvo que fabricar el Talgo en otro país. Un saludo desde mi mejana

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  14. Como siempre, bastante lamentable todo lo acaecido durante aquellos años.

    Saludos cordiales.

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  15. Es cierto, a veces el precio que se paga por abrir caminos y destacar en alguna disciplina, es la incomprensión y el olvido, después el tiempo parece dar el valor y el reconocimiento a ese esfuerzo, otros no tienen tanta suerte, es lo que yo llamo la soledad del corredor de fondo...
    un fuerte abrazo, amigo

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  16. Siempre hay que pagar un precio por estar mas adelantado, por tener una idea innovadora que sorprende a los demás,en definitiva por ser diferente.
    Un abrazo.

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  17. Como dice el refrán nadie es profeta en su tierra, pero parece que esto solo es aplicable a España por que en otros países no tratan tan mal a los emprendedores. Aquí con la crisis una generación muy bien preparada se va a marchar fuera, en busca del futuro que hoy no encuentran en España. Una pena.

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  18. En este país parece que invertir en la ciencia siempre ha sido un problema. Ya se quejaba de ello Ramón y Cajal, y nos seguimos quejando hoy en día. Al final nos tiene que ganar la partida los extranjeros adelantándonos por la izquierda o se tiene que marchar los investigadores a otro país para que les hagan cas Pasó, pasa y pasará, no me cabe la menor duda.
    Saludos

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  19. ¡Cuánto desperdicio de inteligencia!
    Pocas veces los visionarios, esos que no miden sus invenciones y descubrimientos como beneficio económico para enriquecerse, acaban en la miseria. Monturiol, por ejemplo, terminó en la ruina y lo que es peor, en la desesperanza. En fin, siga con sus buenas historias de personajes que, incomprendidos o no, han contribuido en mejorar el mundo.
    Saludos.

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  20. Tanto esfuerzo, desvelos y dedicacion para ver dejado de lado y abandonadas sus creaciones... lamentablemente nadie es profeta en su tierra y el desaliento, generalmente, es la mas fiel compañera de los genios incomprendidos. Aunque, ahora quizas haya mas conciencia sobre estas luminosas personalidades que contribuyen desde siempre a mejorar la vida de todos.
    Un abrazo.

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  21. Es triste inventar a destiempo, adelantarse a la época que les toco vivir y que por ignorancia les regateo la gloria de sus obras. Antes y ahora la investigación y la invención siempre han sido castigadas.

    Me desconecto un tiempo, hasta entonces un fuerte abrazo.

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  22. Salvando las distancias, es una pena que hoy en día muchos de nuestros investigadores e inventores tengan que salir fuera de nuestras fronteras para realizar sus trabajos.
    Un post excelente.
    Un abrazo

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  23. Querido Dlt, ¡cuánta razón llevas! Sabias palabras las bíblicas de S.Lucas 4, 24: "Nemo propheta acceptus est in patria", 'Nadie es aceptado como profeta en su patria', 'Ningún profeta es bien acogido en su patria'.
    Tu excelente entrada me ha traído a la memoria otro personaje, esta vez gallego, desconocido por la mayoría, que también diseñó y construyó un submarino; se trata del sadense Antonio Sanjurjo Badía, nacido en 1837, quien desde joven mostró un ingenio especial que le valió el apodo de "El habilidades". Emigrado a Cuba donde abrió un taller de calderería, a su regreso se instaló en Vigo; aquí fundó un taller de fundición que más tarde con el nombre de "La Industriosa" sería el lugar en que se construyó la primera máquina y caldera de vapor que se hizo en Galicia.
    En su faceta de inventor destaca un artefacto submarino que con el nombre de "boya submarina" y destinada a la defensa de los puertos probó con éxito en el puerto de Vigo yendo él mismo en su interior a los mandos junto con otros dos operarios. La historia acrecienta su interés por el hecho de que el propio Julio Verne, cuando ya había publicado su "Veinte mil leguas..." con la ría de Vigo y la batalla de Rande como escenario, visitó en dos ocasiones la ciudad olívica; en la segunda de ellas el azar le lleva a reparar su yate averiado durante la travesía hacia el Mediterráneo en los talleres de don Antonio. De este encuentro y de la enorme afinidad de intereses entre los dos hombres surgió una amistad que se mantendría por correspondencia durante años. ¡Lástima que aquellas cartas de Verne a Sanjurjo desapareciesen, así como los planos del artilugio, durante un terrible incendio en la fábrica en 1942!
    Se habla incluso de que otro hermano de don Antonio, José, que vivía en EE.UU., ideó también un buque torpedero submarino cuyos planos habría hecho llegar a España desde allí por conductos diplomáticos.
    Hoy el pequeño submarino ideado por la genialidad de este gallego puede verse en el Museo del Mar en Vigo y es una de sus piezas estrella.
    Mil bicos, caro.

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  24. En este puñetero pais somos especialistas en maltratar a los que van a contracorriente de los demás, nos gusta ser como las ovejas todos hacia el mismo sitio; no nos damos cuenta de que, precisamente, el mundo evoluciona gracias a los "raros", a los que piensan de forma distinta a los demás.
    Saludos

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